De generación en generación se han difundido juegos y tradiciones orales que han marcado la infancia y que han permitido un espacio de recreación, diversión, alegrías y miles de sonrisas. En un pasado los niños y niñas pasaban sus horas escondiéndose uno del otro (escondido), haciendo pilas de checas para armar “Yurbi”, o el correr por todas las calles para no ser congelados, rondas como: el rato y el ratón, el pan quemado, el hijo perdido y variados juegos que hacían de sus días momentos únicos de disfrute y fortalecimiento lazos afectivos con esos amiguitos de toda una vida; hoy por hoy la tecnología ha desplazado ese espacio de tradición, ese goce diario y esas interacciones con los vecinos.
No obstante, la Fundación Tiempo Feliz y cada uno de los programas que lidera abren un espacio al rescate de esas rondas y juegos tradicionales como un punto de partida para crear hábitos lúdicos en la familia donde haya una interacción constante, un trabajo en equipo y reconocimiento de las destrezas y habilidades que se desarrollan a través del juego.
La tradición se vive en los ambientes de los Centros de Desarrollo Infantil y en los parques de Barranquilla y del departamento del Atlántico, se canta y se ríe con “los bollos de mi cazuela”, se pregunta ¿el lobo está?, se buscan oficios con un: ato ato materilelirelo, se practican acertijos con el: tuturuguandú, se busca la pelota en un timball, se juega al bate, se narran historias con “la revolución”, se salta en la peregrina, en fin, se viaja en el tiempo hacia el pasado para tomar de éste aquellos instantes de felicidad donde un juego fue el protagonista y lo traemos a un presente para experimentarlo con las familias, con niños y niñas y de esta forma, accionamos para que prevalezca por una generación más los juegos y rondas tradicionales.